Los mandalas son diagramas o representaciones esquemáticas y simbólicas del macrocosmos y el microcosmos, utilizados en el budismo y el hinduismo.
Estructuralmente, el espacio sagrado (el centro del universo y soporte
de concentración), es generalmente representado como un círculo inscrito
dentro de una forma cuadrangular. En la práctica, los yantra hindúes son lineales, mientras que los mándalas
budistas son bastante figurativos. A partir de los ejes cardinales se
suelen sectorizar las partes o regiones internas del círculo-mandala.
Por
otra parte, la mayoría de las culturas posee configuraciones mandálicas
o mandaloides, frecuentemente con intención espiritual: la mandorla (almendra) del arte cristiano medieval, ciertos laberintos en el pavimento de las iglesias góticas, los rosetones de vitral en las mismas iglesias; los diagramas de los indios Pueblo, etcétera.
Es
muy probable que esta universalidad de las figuras mandálicas se deba
al hecho de que las formas concéntricas sugieren una idea de perfección
(de equidistancia con respecto a un centro) y de que el perímetro del
círculo evoque el eterno retorno de los ciclos de la naturaleza (tal
como en la tradición helenística lo proponía, por ejemplo, el uróboros).
Mandala
es una palabra sánscrita que significa círculo, a priori y en cuanto al
significado místico y espiritual, es la forma más perfecta, el símbolo
del cosmos y de la eternidad. Normalmente los mandalas son formas
geométricas delimitadas dentro de formas circulares. Los mandalas son
diagramas o representaciones esquemáticas y simbólicas del macrocosmos y
microcosmos, utilizados en el hinduismo y en el budismo. El círculo
representa un espacio sagrado y es un reflejo del orden natural del
universo. La meditación con los mandalas es habitual en las técnicas de
psicoterapia que tratan de paliar nervios, tensiones, estrés e incluso
depresiones. Así que busca un rato en tu apretada agenda diaria, pinta y
sobretodo relájate.
Las
imágenes circulares que componen los mandalas ofrecen un efecto
curativo al alma. Pintar mandalas ofrece tranquilidad y sosiego a todas
las personas. Son tremendamente efectivos en niños inquietos, nerviosos y
difíciles. Aumenta la creatividad en niños y adultos. Son un viaje de
interioridad hacia nosotros mismos y nos permitirán tomar consciencia de
nuestra vida.
Los
efectos de los mandalas son muy positivos. Estimula nuestra
afectividad, mejora la memoria, fomenta el positivismo y la
concentración, armoniza, relaja y crea un sentimiento de seguridad en la
persona que los practica. Prepara los colores y crea tu propio mandala.
Coloreándolo, te olvidarás de todo lo que te rodea y fortalecerá tu
autoestima. Los mandalas son una manera de desprenderse de la monotonía
cotidiana que nos rodea. Son muchas las circunstancias en las que nos
serán útiles, entre ellas, procesos depresivos, hiperactividad,
irritación, hipersensibilidad o problemas de autoestima.
La
pintura de mandalas aporta curas terapéuticas a nuestro espíritu y a
nuestra mente, Sólo necesitas lápices de colores, rotuladores o ceras.
Es igual pintarlos de dentro hacia fuera o viceversa pero es conveniente
mantener la dirección elegida en un principio.
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