Voluptuosas o no son mujeres bellas
Mientras se mira en un espejo, de perfil y de lado, se imagina ver el reflejo
de una mujer esbelta, de medidas perfectas de pronto esa imagen cambia. ¡Rayos!
susurra levemente, vuelve a mirar a la mujer que es. Ella mientras se mira
piensa que la blusa aprieta su busto,
siente que se asfixia. ¡Ohm! (suspira) le gustaría volar los rollos a los
costados de la cadera que saltan sobre el tiro bajo del jean recién
comprado, el pantalón semi-descaderado
divide su torso de sus piernas, aquella cinturita se convirtió en sus dos
llantas delanteras, sus caderas se desinflaron. Su postura inclinada dibuja un
cuerpo rendido, como si estuviera
cargando en su espalda el peso de un bulto imaginario y surge de repente un
ligero dolor en su espalda.
Frente su espejo, como tantas otras mujeres, ella
ensaya una imagen nueva de sí misma, cierra sus ojos una y otra vez quiere
verse hermosa, sin conseguirlo se inclina pensando en aquella mujer detrás del
espejo. La sicología asegura que si una mujer se mira al espejo para ver si
logra ser otra, es porque la psiquis femenina se siente asechada por la
sociedad, ¡te ves gorda!, ¡eres linda, pero te verías mucho mejor si
adelgazaras!, este juego emocional afecta seriamente a la persona femenina,
provocando que esta cuando se mire en el espejo quiera ser otra, más delgada,
más linda, más joven.
De repente, suena el teléfono. Ella se aleja, sonríe y
piensa en esa frase que leyó en algún momento, en una revista que estaba en la
sala de espera de su dentista, “Lo inusual de las figuras femeninas es que representan a
la vez lo profano y lo sagrado del amor”.
¡Hola!.. !Sí!,
hola Lizbeth ¿Cómo estás?, la conversación dura alrededor de 30 minutos, cuelga el
teléfono. Antes de salir a la calle alista su bolso, guarda su lo indispensable
en una mujer su maquillaje, coge con su mano derecha su cartera y la lleva a su
hombro y sale apresuradamente en busca del primer taxi que la conduzca a tomar
un cafecito con sus viejas y queridas amigas.
Al llegar a la casa de Lizbeth, ella pregunta al taxista
- ¿Disculpe, Cuanto le debo?- a lo que el taxista responde son dos dólares señora, algo grosera paga y sale del taxi pensando
que si se ve tan señora o es una vez más su cuerpo voluptuoso que le hace
aparentar unos años de más.
Algo nostálgica, piensa en su apariencia. Las mujeres
pasan gran parte de su tiempo pensando en su apariencia, anhelando ser aquella
figura femenina que mira en los medios, es actriz de cine de medidas perfectas
o solo le bastaría ser la chica de la valla publicitaria que vende la belleza
femenina, de repente se detiene, siente sed compra una coca cola en la tienda
contigua a la casa de Lizbeth, mientras camina, va tomando su gaseosa
percatándose que el envase tiene una forma singular, como el talle de una mujer
de medidas perfectas. ¡Ash! hasta en la coca cola, es inevitable pensar en el 90-60-90 dice, desde pequeña esa figura me
ha perseguido.
Sus ojos se quedan quietos sin siquiera parpadear, viene
a su mente que no hace mucho la compañia Coca Cola cumplió 100 años dentro del
mercado, había escuchado que la leyenda,
de que la botella de Coca-Cola está inspirada en la figura de la mujer, el
envase tiene la peculiar imagen femenina de busto y caderas pronunciadas con
torso delgado, según la leyenda se dice que está inspirada la imagen de la
botella contour pues basada en el cuerpo curvilíneo de la actriz Mae
West enfunda en una falda de tubo, claro está que la transnacional niega
rotunamente, pero si fue una de las
primeras compañías en mostrar el cuerpo
femenino al desnudo, en 1891
aparecieron las “Coca-Cola Girls”, interesaría
al sector masculino por introducir desnudos y una vez más utilizar la figura
femenina para vender su producto.
Ya en la casa y junto a sus amigas, mientras toman el
cafecito de la tarde con unas ricas empanadas de tiesto, las cinco chicas como
en la serie “Sex and the City” a la ecuatoriana, hablan de sus problemas
diarios, de sus alegrías, tristezas, de sus romances de esos amores que las han
cambiado por caras lindas de cuerpos delgados a lo que Angie la colombiana de
caderas pronunciadas, en forma de risa, para hacer reír a sus amigas, manifiesta
que aunque sean flacas son serranas
pequeñas y sin cola. Angie dice que después de dar a luz, su vida cambió, me
hinche más de la cuenta, me cuesta trabajo conseguir la ropa que me gustan,
siempre tengo el problema con mis caderas, siento complejo porque no puedo encontrar tallas grandes que sean
bonitas, porque la ropa bonita simplemente no está hecha para personas como yo.
Damaris se siente ofendida con lo que alude Angie, ¡pequeña y sin rabo!, ¡yo! soy una de ellas dice no me considero una
modelo mucho menos una voluptuosa, creo que como yo de alguna manera todas nos
hemos sentido perjudicadas por los prototipos, no he sentido rechazo por como
soy pero de alguna manera me he acomplejado porque no tengo ni senos ni caderas,
no solo las gorditas sienten problemas para encontrar ropa, yo tengo los mismo
problemas a veces tengo que buscar mi ropa en la sección junnior en las tiendas
de ropa y eso para mí sí que es un serio problema.
Ella se ríe, mientras piensa que no solo las gorditas sienten que los
prototipos de la mujer perfecta les afectan emocionalmente. Una vez más, recuerda
que no hace mucho escucho que las voluptuosas en el medio evo constituían la
belleza de aquella época, a lo que exclama ¡que
tal sería haber vivido en la edad media!, se ríe, sería asechada por hombres que
quisieran llamar mi atención ¡mmm!, claro está durante la Edad Media
engordar era símbolo de riqueza, las mujeres así demostraban que no tenían que
trabajar y que ostentaban salud, actualmente la obesidad es considerada una
especie de epidemia que provoca miles de muertes debido a enfermedades
derivadas del exceso de peso.
Lizbeth manifiesta con relación a
lo que Damaris dijo, pese a no ser tan gorda, las medidas de mi
cuerpo son desproporcionales, habla de su busto, como un serio problema. Al igual que muchas de las mujeres, me
encanta ir de compras, pero es un caos escoger algo que me quede, trato de
buscar blusas flojas para que no se vea tanto mi busto, tiendo en ocasiones a
usar bufandas que me tapen me encantaría lucir modelos de ropa bonitos pero
no encuentro a mi medida.
La figura voluptuosa actualmente, no vende. Lo que
hoy tiene éxito y se vende es un cuerpo delgado, ágil y esbelto, salud entre comillas, siempre ha habido motivos
ocultos detrás de cada prototipo de belleza hay quienes creen que si se quiere
incrementar el índice de la natalidad a su vez demuestra ostentosidad, se
muestra un cuerpo voluptuoso y quienes creen que si se quiere mostrar cuidado
de la imagen, exaltación de la juventud y tiempo libre para cuidarse
físicamente se muestra un cuerpo con unas dimensiones de 90-60-90. Los medios de
comunicación, la sociedad en si influyen mucho en el cuerpo perfecto de una
mujer como dice Darwin Cadena las medidas
perfectas 90-60-90 actualmente constituyen una meta para la mujer, cuyo fin no
es solo verse bellas sino también ser aceptadas por la sociedad. Por otro lado los
medios de comunicación se apropian de la figura femenina para vender productos
por ejemplo un shampoo, dice Darwin mientras se ríe, la figura de la mujer
perfecta podría decir que ahora es una mercancía para la sociedad, cree que la
búsqueda del cuerpo perfecto ha provocado que muchas mujeres opten por cirugías
estéticas, que en muchos casos acaban con sus vidas.
Ella mientras escucha atenta la versión de sus amigas, no
puede dejar de imaginar en el prototipo perfecto, desde que se vio en el espejo
no ha descansado tan solo un instante pensando en ¿Cuál es la mujer perfecta? Pregunta
en voz alta, todas se quedan quietas y en seguida sueltan a manera de coro una
carcajada, enseguida cada una de las
chicas da su propia opinión, todas coinciden en lo que dice Anita una chica
risueña, quien se siente orgullosa de ser como es, no niega que se ha sentido
acomplejada varias veces, por cuerpos esbeltos si me bajonea un poco esa cuestión, pero cree que las personas no valen
más si son flacas o gordas, no hay un cuerpo perfecto depende de cada persona,
a la final no importa el estuche sino su esencia.
Rumbo a su casa,
ella siente que está satisfecha, no sabe si fue el haber estado con sus
amigas, estar las cinco juntas reunidas como antes, pero lo que si sabe es que
su apariencia no siempre dice lo que es su ser, ya no se sentirá frustrada con
el cuerpo que tiene. Se detienen a verse en el espejo y mira, que no hay otra
sino ella misma detrás del espejo, que aunque a veces desee ser otra su misma
persona será aun más bella que la otra, se mira una y otra vez en el espejo
pensando que lo hermoso de ser mujer es
simplemente ser mujer, no necesito de cirugías, ni de prototipos dice, para que
otros me envidien, me amen lo que necesito es simplemente ser yo misma.
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